jueves, 14 de julio de 2011

MYRNA ELIZABETH MACK CHANG



Nació el 24 de octubre de 1949 en Retalhuleu, Guatemala. Se graduó como maestra de educación primaria del Colegio Monte María en 1967. Posteriormente asistió a la Escuela de Servicio Social del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social en donde cerró pénsum en 1971.

Realizó estudios de antropología social en la Universidad de Manchester, Inglaterra; habiendo obtenido el grado de maestría en la universidad de Durham, del mismo país.

En 1982, al haber presentado su trabajo de tesis “De la organización de base a la movilización de masas en Nicaragua: El caso de Estelí” como culminación de sus estudios en la Universidad de Durham, retornó a Guatemala y se incorporó al equipo de Inforpress Centroamericana, en el cual se desempeñó por varios años como periodista, analista y redactora sobre el acontecer económico y político de la región.
Es así como conoce a un grupo de personas con quienes compartió la inquietud de crear, en Guatemala, un centro de investigación que abordara problemas urgentes de la sociedad guatemalteca.
Las iniciativa respondía a la observación del vacío de conocimiento existente, sobre temas de la realidad social guatemalteca, especialmente derivado de la violencia ejercida contra sectores intelectuales en la primera mitad de la década de los 80.
Nace, entonces, la Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala  –AVANCSO-, organización en donde Myrna pone en práctica sus conocimientos sobre antropología social y su fuerte vocación de compromiso social y humano que cultivó desde su juventud temprana.
En la década de los años ochenta Guatemala sufrió el período más agudo de guerra interna. El Estado desarrolló, en este período, una  despiadada política represiva con una concepción amplia e indiscriminada de “enemigo interno” que afectó a distintos sectores de la sociedad civil, estuviese o no involucrada con el movimiento insurgente.

La población más afectada por esta política de Estado fue la campesina, particularmente la indígena. Hombres y mujeres, niños y ancianos fueron, sin distinción alguna,  víctimas de atrocidades nunca antes vistas en América Latina desde la conquista.  Como resultado de tal campaña de terror, la población sobreviviente se vio obligada al desplazamiento hacia zonas selváticas o montañosas. La huída fue la continuación del martirio, en tanto que sufrieron la persecución, el hambre y las consecuencias de la vida en la intemperie que, con frecuencia, culminaba con un nuevo enfrentamiento a la muerte. Todo ello representó una inmensa carga emocional que se añadió al desgarro que significó el abandono de sus comunidades y familiares que, en ocasiones  habían muerto en condiciones de extremo sufrimiento, más la incertidumbre sobre la suerte de los que quedaron vivos.
Fue la conciencia de este drama humano y el contacto con sectores de la Iglesia Católica cercanas a las poblaciones desplazadas, lo que motivó a AVANCSO y, particularmente a Myrna, a involucrarse en una investigación que permitiera sacar a luz esa realidad. Se trataba de desvelar las condiciones de existencia de esa población sufriente; las determinantes que causaron la huída e impedían su retorno. El objetivo final era el de  promover una política de reinserción en condiciones dignas y seguras.

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