San Sebastián, España. (Por Gabriel Rubio). / La película guatemalteca Gasolina, del joven director Julio Hernández Cordón, ganó ayer el premio Cine en Construcción, del 55 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que permitirá finalizar la cinta.
“Estoy muy conmovido y emocionado”, afirmó el director, de 32 años, al recibir el premio en una breve ceremonia en el lujoso hotel María Cristina de San Sebastián.
Gasolina es la historia de “tres adolescentes que roban gasolina de los autos que están estacionados para dar vueltas en el carro de la mamá de uno de ellos y la historia se centra en la amistad”, relató Hernández a un grupo de agencias tras recibir su premio.
“Y sobre todo trata sobre la violencia que se vive en Guatemala, un país que es intolerante, donde la violencia es algo cotidiano y la gente no se da cuenta de ello”, añadió este joven realizador, que todavía no se cree que su ópera prima haya ganado este premio.
El premio Cine en Construcción es otorgado por un grupo de industrias que “asumirán la postproducción pendiente de la película hasta la copia en 35 milímetros subtitulada en inglés”.
A la película todavía le falta un corte final, doblar algunos diálogos y la postproducción de imagen y sonido.
Pero su película también se ha llevado el premio Casa de América, consistente en una ayuda a la postproducción del cine latinoamericano de 10 mil euros, así como el premio Confederación Internacional de Cines de Arte y Ensayo (CICAE) que permite apoyar la película en los “mil cines” de la AFCAE en Francia (y luego en el extranjero).
Gasolina es el primer largometraje de Hernández, autor hasta ahora de tres cortos, y lleva invertidos dos años en su proyecto, para el que contó con “no actores” y donde “un 98 por ciento fue improvisación”.
“Los actores eran vecinos de mi suegra”, añadió el director, visiblemente nervioso, confesando que lleva cinco noches sin dormir desde que llegó a San Sebastián.
La película pasó por una rocambolesca historia para lograr su financiación, que incluyó la donación por parte de 29 pintores de sendas obras, cuya venta reportó US$21 mil (casi 15 mil euros).
El dinero obtenido con esta venta de arte se unió a las donaciones de dos organizaciones no gubernamentales, dos inversores privados y dos productoras.
El premio supondrá una gran resonancia para el filme en Guatemala, aseguró Julio Hernández, que confía en que sirva para dar una mayor visibilidad a la cinematografía de ese país centroamericano.
“Tendrá un significado importante porque han sido pocos los proyectos que han salido en Guatemala” en los últimos años, había afirmado el joven cineasta, recordando la película El silencio de Neto de Luis Argueta, que en 1994 fue el último hito conocido del cine de ese pequeño país centroamericano.
La película resultó ganadora entre los seis proyectos finalistas de los 129 proyectos procedentes de 18 países que se presentaron a esta edición de los premios Cine en Construcción.
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